Journal du Club des Cordeliers - Euskadi: Retos Económicos


Euskadi: Retos Económicos




El País Vasco, conocido por su rica historia industrial y su alto nivel de vida, ha sido durante mucho tiempo una de las regiones más prósperas de España. Con un PIB per cápita que supera la media nacional y europea, y una economía diversificada que incluye sectores como la automoción, la aeronáutica y la investigación y desarrollo, Euskadi ha sido un modelo de éxito económico. Sin embargo, en los últimos años, la región ha comenzado a enfrentar una serie de desafíos que ponen en riesgo su estabilidad económica.

Uno de los principales problemas es el envejecimiento de la población. El País Vasco es uno de los territorios más envejecidos de España, con una población que se prevé reducir a la mitad para el año 2100, dejando solo 74.000 jóvenes frente a 374.000 mayores de 65 años. Este cambio demográfico tiene graves implicaciones para la economía, ya que una población envejecida significa menos trabajadores activos y mayores costos en pensiones y servicios sociales. Actualmente, el País Vasco gasta 3.700 millones de euros más en pensiones de lo que aportan las cotizaciones de los trabajadores vascos, lo que genera tensiones financieras significativas.

Esta situación ha puesto de manifiesto ciertas dinámicas financieras controvertidas. Mientras la región paga un cupo de 1.467 millones de euros, se beneficia de un ajuste excesivo de IVA de 1.908 millones y ahorra al menos 1.500 millones en pensiones. Esto ha llevado a críticas que sugieren que el País Vasco depende de ventajas fiscales que podrían no ser sostenibles a largo plazo.

Además, la gobernanza en el País Vasco ha sido cuestionada. Tras 40 años de liderazgo del PNV y el PSOE, se señalan problemas como el liderazgo en bajas laborales y la escasez de vivienda disponible. Euskadi destaca como la región con mayor incidencia de bajas laborales y una de las peores en oferta de vivienda, lo que apunta a posibles ineficiencias en la gestión pública.

Otro signo de vulnerabilidad económica es la presencia de casi 2.000 empresas zombis en la región, que sobreviven gracias a refinanciaciones constantes. Estas compañías, incapaces de generar beneficios pero mantenidas a flote por deudas, representan un lastre para la economía y podrían frenar el desarrollo de negocios más viables. Asimismo, el impacto de los aranceles amenaza con costar a Euskadi hasta 1.200 millones de euros, afectando especialmente a sectores exportadores como la automoción y la maquinaria.

A pesar de estos retos, el País Vasco conserva fortalezas notables. Su apuesta por la investigación y desarrollo, su infraestructura industrial y su capital humano siguen siendo pilares sólidos. Sin embargo, el gobierno vasco ha dejado sin gastar más de mil millones de euros del presupuesto del año pasado, lo que podría reflejar tanto una falta de inversión como una cautela ante la incertidumbre.

Históricamente, la región ha mostrado resiliencia, gracias a una mentalidad práctica y una deuda pública más baja que la media española. Pero los desafíos actuales —demográficos, financieros y externos— son distintos y exigen respuestas innovadoras. Si no se abordan, la combinación de estos factores podría precipitar una decadencia económica en una región que durante décadas ha sido sinónimo de prosperidad.

En conclusión, el País Vasco enfrenta un momento crítico. Es imperativo que las autoridades y la sociedad civil colaboren para encontrar soluciones sostenibles que preserven su legado de éxito económico frente a estas amenazas emergentes.